miércoles, 23 de agosto de 2017

Mírame


Hermosa mujer: Hoy me atrevo a escribirle a pesar de la pobreza de mi prosa, usted perdonara tal atrevimiento. Lamentablemente tengo una especie de intolerancia a la poesía y no es que no ame la literatura o el romanticismo, sin embargo me es imposible leer más de 3 poemas seguidos, quizás sea fobia.

¿Pero por qué alguien como yo quisiera leer poesía? Solamente sueño con escribirle un gran poema, uno que cautive su alma, ¿será mucho soñar? quizás sí hermosa mujer.

Soy muy soñador pero muy poco comprometido, soy un enamorado con falta de valor, soy un conquistador sin ejercito, parece ser que me han robado la habilidad de dar un paso adelante, no sólo por usted, sino por la vida.

Mi falta de compromiso y constancia han afectado mi vida, he dejado de luchar por mis sueños, tan cruel ha sido este destino que ni si quiera me atrevo a declararme de una manera mas convencional, o por lo menos escribirle un poema.

Sé que sería más fácil copiar un poema de Octavio Paz, quizás de Neruda pero en esencia que saben ellos de lo que me mueve, ¿los poemas se pueden dedicar si no se escriben? es un tema muy complejo, que no es el punto de la carta.

Usted camina por los pasillos, con una sonrisa jovial, su pelo negro y lacio, es hermosa, sin embargo debido a la pobreza de mi prosa, no puedo hacer una metáfora,  es complejo unir dos campos semánticos en uno, más cuando se trata de unir su belleza con cualquier otro esencia.

Hermosa mujer, sólo quiero que al leer esto me mire, no vea mis carencias, sé que habrá personas que le dediquen sonetos y yo medianamente llegó a un escrito. Al final para mi, no vale la forma de verla y escribirle, sino la de sentir y apreciar, yo no sólo amo su hermosura, ni sus dotes artisticos, o su inteligencia, yo amo su esencia, su forma de vivir y a veces de no querer vivir, amo sus enojos, sus esperanzas banas de una felicidad relativa, amo aquello que es, pero también amo lo que no es.


Amo darle lo que no tengo, de algo que no soy, pero al final la diferencia esta en dar algo, aunque no sea nada. Claro, no sólo es uní-direccional, sino reciproco, quizás sienta que no me da nada, y es así, pero me da ese nada, que hace la diferencia.


El amor es entregar la falta, por eso es que a través de su mirada quiero estar completo, aunque sea por un segundo, aunque sea un fantasía neurótica, no importa, sólo quiero que me mire de nuevo, que me abrace y me reestructure, recoja esos pedazos regados de mi y los convierta en uno, aunque sea por un breve instante.

Míreme, la amo, desde hace mucho tiempo.


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